El mundo inalámbrico llega a todas partes … también al mundo de los pesos. ¿Qué es eso de tener que agachar la cabeza para mirar cuánto pesas?
En realidad, aunque la publicidad no lo indique así, es una solución para aquellos cuya barriga les impida comprobar qué marca la aguja sin tener que tomar una posición demasiado incómoda.
Te subes, cojes el marcador con la mano, sueltas la exclamación/maldición/juramento-no-volveré-a-comer-más-dulces de turno, lo apagas y te bajas … fácil.