Justo cuando parece que el mundo del motor se dirige directa hacia el terreno eléctrico resulta que BMW está testeando un nuevo sistema basado en tecnología que podrías pensar que está obsoleta: motores a vapor. Esto no significa que alguien esté probando coches con chimeneas al estilo de los trenes clásicos de hace un siglo, sino que se trata de un sistema que aprovecha el calor que genera un vehículo de gasolina normal y corriente para convertirlo en energía eléctrica y ahorrarte un 10% en el gasto del depósito.
La idea es interesante porque en cualquier trayecto que realice un coche todo el calor que se genera acaba disipado en la atmósfera. Sin embargo, con esta nueva idea de BMW gran parte de ese calor se recicla y se inyecta como energía extra para abastecer el sistema eléctrico del vehículo. La forma en la que funciona es bastante clásica y no supone realmente ninguna innovación técnica, el calor hace calentar un circuito con agua que se convierte en vapor y como resultado mueve una turbina que es la que genera la energía eléctrica.
Lo interesante es que la marca alemana ya tiene operativo un prototipo funcional basado en esta tecnología perteneciente a su Serie 5 y como resultado el sistema basado en vapor fue capaz de proveer el 100% de la energía eléctrica utilizada por el vehículo entendiendo aquí luces, sistemas electrónicos a bordo, paneles en el salpicadero, etc. y eso supuso un 10% de reducción en el consumo de gasolina. ¿A nadie se le ocurrió eso antes?
Pues si que es raro… Hace ya décadas que se aprovecha la presión/velocidad de los gases de escape en los turbo y precisamente un problema del turbo es la temperatura a la que tiene que trabajar. Raro que nadie haya pensado antes en que una forma simple de utilizar esa energía termica fuera con una turbina eléctrica «de las de toda la vida»…