Antes de que puedas ir a una tienda a comprar algún dispositivo dotado de última tecnología alguien tuvo que idearlo a nivel conceptual y lo curioso es que en ese momento el resultado del diseño puede parecer bastante ridículo.
Un ejemplo lo tenemos en lo que se convirtió en la primera cámara digital del mundo dotada de la última tecnología de la época: cintas de cassete para guardar las fotografías, una cámara de la época con formato super-8, unas grandes baterías de nickel-cadmio y un conector que permitía visualizar las imágenes captadas en la pantalla de un televisor utilizando un cable.
La resolución total: 0,01 megapixels, alrededor de 1.000 veces menos la que puedes encontrar fácilmente en cámaras y teléfonos móviles actuales.
El invento fue diseñado por Steve Sansson en 1975 y funcionaba, pero, obviamente, no de la forma práctica y eficiente que uno podría esperar. El tiempo total que pasa entre que pulsas el botón de disparo y la imagen ha terminado de guardarse en la memoria de esta cámara es de 23 segundos.
Lo curioso es ver como alguien es capaz de prever el futuro tecnológico y adelantarse a su tiempo mientras que muchos que le rodean lo miran con extrañeza e incomprensión. De hecho, cuando Steve Sasson mostró su diseño a Kodak la respuesta oficial fue ¿para qué querría alguien ver sus fotos en una pantalla? [Link]