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A medida que las nuevas tecnologías se van infiltrando en los hogares nos encontramos con que el mundo que nos rodea va cambiando de manera inimaginable hasta hace poco. Hace apenas 10 años era impensable que pudieras tener en casa un sistema de seguridad como este que ves aquí abajo.

Parece una simple caja de color negro pero en realidad es un sofisticado sistema de seguridad basado en un sensor de proximidad que puedes instalar en cualquier ventana. La instalación es realmente simple porque no necesita de cable alguno para funcionar.

Una batería interna se encarga de que el dispositivo pueda estar funcionando durante bastante tiempo gracias a un pequeño panel solar que obtiene la energía necesaria que es enviada a un generador termoeléctrico. El hecho de que esté instalado en una ventana es suficiente para que tenga acceso a la cantidad de luz suficiente.

El sensor es capaz de trabajar de forma tridimensional y tiene una precisión tal que puede incluso detectar simplemente si la ventana se ha abierto unos centímetros y, aquí viene lo bueno, una vez que se ha detectado algún tipo de intrusión envía una señal inalámbrica a algún dispositivo externo. A partir de aquí podría activarse una webcam o una cámara de fotos que capturara al intruso in-fraganti o bien podrías programar algún dispositivo para que te llegue un SMS.

El hecho de que se trate de un dispositivo tan pequeño lo hace casi indetectable, pero la principal ventaja aquí parece ser obvia, no hay cables que algún ladrón pueda cortar para saltarse el sistema de seguridad. Web del fabricante: Fraunhofer, vía ubergizmo (gracias por el aviso a Chema)