En realidad no es una cucharilla, sino un pequeño bastoncillo, pero igual podría aplicarse el invento a una cuchara … en un extremo tiene café con leche deshidratada, así que solo tienes que introducirlo en un vaso o taza con agua caliente y darle vueltas para que se disuelva hasta que al final obtienes un café con leche capuchino que podrías haber llevado en el bolsillo de tu chaqueta todo el rato.
Lo más interesante es que puedes elegir el color que prefieras según te guste el café más cargado o menos.