La física cuántica nos está llevando a hacer realidad uno de los elementos más increíbles en las obras de ciencia-ficción: la teletransportación, es decir, ser capaz de hacer desaparecer un objeto en un punto del espacio y hacerlo aparecer en otro sin que tenga que recorrer el espacio que los separa.
Antes de que alguien de saltos de alegría, esto no significa que ya puedan teletransportarse objetos o personas al estilo Star Trek, en este caso un grupo de científicos chinos han llevado a cabo una transferencia de información (que no es poco) entre dos puntos situados a más de 150 metros de distancia uno del otro entre dos objetos macroscópicos.
El truco en el que se ha basado este experimento de teletransportación es un efecto bastante curioso llamado entrelazamiento cuántico. Básicamente, dos partículas entrelazadas comparten un mismo estado aunque ambas estén situadas a años luz de distancia una de otra, esto significa que, si una de las partículas cambia, la otra partícula también lo hace instantáneamente. No importa si una de ellas está en La Tierra y otra en los confines del Sistema Solar. ¿Cómo se entera una partícula de que ha cambiado la otra de forma instantánea? Nadie lo sabe, pero ocurre.
Aquí es donde llega lo bueno, porque de alguna manera podrías llegar a entrelazar dos partículas, enviar cada una a dos puntos diferentes del planeta y enviar ceros y unos de forma instantánea entre ambos puntos.
El Internet más rápido que puedas imaginar porque, simplemente, hablar de ‘velocidad de conexión’ dejaría de tener sentido. Simplemente la información aparecería de forma inmediata en tu ordenador en el instante en el que pulsas la tecla ENTER. Imagina aquí cómo sería recibir una página web en tu ordenador o las transferencias de archivos, fotografías, etc.
Uno de los problemas que se encuentran los científicos a la hora de llevar a cabo estos experimentos es que las partículas involucradas tienen tendencia a destruirse cuando las mides y con ella la información que transportan, por ello siempre se utilizaban objetos microscópicos tan pequeños que no pudieran perturbar la información codificada.
Con este nuevo experimento los objetos macroscópicos como routers, cables y demás podrían llegar a utilizarse en el proceso de enviar y recibir información de forma cuántica. Quizás sea aventurado asegurar que tu próximo router sea cuántico o quizás no, uno ya no se asusta de lo rápido que avanzan las cosas en el terreno tecnológico. [technology, Popsci]
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