Uno de los síntomas más preocupantes de la vejez se da cuando el cerebro comienza a deteriorarse, muchos podrán argumentar que esto es simplemente una cuestión de dejadez, porque a partir de cierta edad la mayoría de las personas dejan de ejercitarse mentalmente. De una forma u otra lo que sí es cierto es que un cerebro viejo acaba perdiendo conexiones sinápticas, neuronas y plasticidad. Lo interesante en este terreno viene de la mano de unos científicos de la Universidad de Medicina de Yale porque han conseguido que un cerebro viejo vuelva a recuperar su juventud. La mala noticia es la de siempre, de momento los únicos beneficiarios de este descubrimiento son los ratones de laboratorio.
La principal característica diferenciadora que puedes encontrar entre dos cerebros, uno viejo y otro joven, es básicamente su plasticidad, un cerebro joven es más maleable y esto le permite aprender con más facilidad y a recuperarse de daños más rápidamente.
El descubrimiento de estos científicos permite que un cerebro adulto más rígido vuelva a recuperar la plasticidad, es decir, de alguna manera vuelve a rejuvenecerse.
La clave para conseguirlo se basa en la actividad de un gen concreto, el Nogo Receptor 1 (NgR1). Bloqueando la acción de este gen en ratones se consiguió que sus cerebros mantuvieran la misma plasticidad de jóvenes que cuando crecieron a adultos. Según afirman «el estudio sugiere que podemos hacer retroceder el reloj en cerebros adultos y recobrar su capacidad para recuperarse de traumas de la misma forma que se recuperan niños». Una esperanza para aquellos que han sufrido algún tipo de lesión cerebral. [Link]