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El calendario Maya clásico termina a finales del 2012, todo el mundo lo sabe, pero son muchos los que piensan que en esa fecha va a ocurrir algo y en algunas ocasiones hay quien asegura que lo que sea no va a ser nada bueno.

Un hombre australiano llamado Robert Bast parece que se lo ha tomado muy en serio porque ha invertido la nada despreciable cantidad de 350.000 dólares en prepararse para la llegada del fin del Mundo. ¿Se trata de algún desquiciado líder de alguna secta? No. Es un simple trabajador de una empresa de marketing, casado y con varios hijos que parece haberse tomado muy en serio el tema y ha preferido prevenir que curar.

Con el dinero se ha comprado un terreno de varios kilómetros cuadrados y se ha asegurado de que esté situado a una altura de 1.500 metros sobre el nivel del mar para estar a salvo de posibles inundaciones y tsunamis. Allí ha construido una casa, un búnker y ha instalado baterías, generadores eléctricos, purificadores de agua, paneles de energía solar, armas, comida y agua para estar abastecido durante bastante tiempo. Lo que no se entiende es que, si al final tiene razón y ocurre algún desastre ¿para qué lo cuentas Robert? Imagino que al final un grupo de supervivientes desesperados acabarían localizando y allanando tu búnker y echándote de allí a patadas para quedarse con tu depurador de agua.

Personalmente, quizás después de todo no sea algo tan loco, sobre todo porque parece cuestión de tiempo que realmente ocurra alguna catástrofe incluso dejando a un lado las profecías Mayas. Desde un gran apagón tecnológico a un derrumbe monetario a nivel mundial o una gran epidemia incontrolada, así que no parece tan malo eso de tener un refugio por si acaso … De hecho, según se ve en este artículo de la cnn no es un caso aislado.