El problema básico de enviar una nave al espacio es atravesar la densa capa de atmósfera de nuestro planeta venciendo la resistencia del aire. La solución actual es utilizar enormes y potentes cohetes como los que impulsaban al Shuttle, pero parece que una nueva idea podría ofrecer una solución simple a la vez de increíblemente futurista.
El concepto llega desde los laboratorios de la NASA y se basa en que las naves se imprimirían a sí mismas mientras están flotando en el espacio orbitando el planeta utilizando unas enormes impresoras 3D.
Según esta idea, las naves del futuro podrían construirse a sí mismas una vez que se han lanzado al espacio utilizando impresoras especiales, transformándose a sí mismos en naves más complejas y grandes de lo que eran cuando se lanzaron al espacio.
La idea no es nada descabellada, imaginemos la Estación Espacial Internacional que ha tardado años en construirse a base de ensamblar diferentes módulos que se han ido enviando poco a poco.
Con este nuevo sistema los módulos se irían añadiendo de forma automática a medida que se fueran necesitando imprimiéndose directamente sobre la estructura base sin necesidad de que intervengan astronautas a modo de ‘obreros espaciales’.
Un cohete sería el encargado de enviar un pequeño vehículo dotado de una impresora 3D y los materiales necesarios para comenzar a imprimir la estructura, pero lo más interesante del concepto es la segunda parte.
Una versión más avanzada de esta idea sugiere que el vehículo-impresor podría llegar algún día a conseguir los propios materiales que necesita directamente en el espacio, sin necesidad de esperar a que les lleguen desde la superficie de La Tierra, por ejemplo recogiéndolos de asteroides cercanos.
De la misma forma podría utilizarse la técnica para construir gigantescos radio-telescopios fuera de la atmósfera terrestre o incluso quizás estructuras para establecer bases en La Luna o en algún planeta. [Link]