A veces, conseguir una señal WiFi lo suficientemente potente es un problema … a menos que tengas a mano un Wi-Fire, una antena que puedes dirigir directamente hasta la fuente de señal inalámbrica hasta una distancia de 250 metros y obtenerla amplificada.
Es compatible con redes 802.11b/g y puedes usarla tanto con Windows como con Linux.
Cuesta unos 50 euros.