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Que me perdonen los fans de arte moderno, pero es algo que no solo no entiendo, sino que cada vez más me da la impresión de que se trata de algún tipo de negocio piramidal en el que compras un montón de piedras apiladas por 10.000 euros porque así lo tasa un ‘experto en arte’, luego lo vendes por 12.000 a otra persona que a su vez lo revende por 15.000 a otra persona que cualquier día provoca un incendio y cobra del seguro todo el dinero invertido. Nadie pierde.

No solo encuentras monos pintores, señoras de la limpieza que tiran a la basura objetos sin darse cuenta de que es una obra de arte (la bolsa de basura, no el objeto) o artistas que pintan cuadros vomitando directamente sobre el lienzo. Como nadie pone límite la cosa sigue avanzando hasta el punto de que la obra de arte ya no es nada, invisible, no puede verse porque no existe más que en la mente del artista.

El artista en cuestión es James Franco, un actor que además se dedica al mundo de la pintura desde su edad adolescente, que ha creado una interesante obra que está compuesta por un lienzo. Solo un lienzo en blanco, no hay pintura, alguna mancha o la sombra de una mosca.

Lo más interesante es que la obra se llama ‘Aire Fresco’ (lo de ‘fresco’ creo que va con segundas) y la ha vendido a alguien que ha sabido entender lo que hay detrás de la creación hasta el punto de que ha pagado 10.000 dólares.

Según la prensa especializada es una buena compra, porque representa una obra ‘única’ que equivale a comprar un tanque de oxígeno con capacidad ilimitada, lo cuál te hace comprender que efectivamente es especial porque incluso parece ser capaz de violar las leyes de la física y de la termodinámica.

Si crees que es una broma o que al menos alguien ha tenido una idea original, no es así, ya se han organizado exposiciones en salas completamente vacías en las que solo ves … paredes.

Fuente npr, paste