Imagina una ciudad sobrevolada por zeppelines flotantes dotados de cámaras de vigilancia día y noche observando todo lo que ocurre en las calles y, ¿por qué no? también echando un vistazo en el interior de las ventanas de los edificios.
No se trata de la obra 1984, sino del HB50 Hyperblimp, una nave que puede volar de forma autónoma con forma de Zeppelín clásico relleno de hidrógeno de 16.5 metros de largo que puede desplazarse a una velocidad de 40 Km/h de forma tan silenciosa que no puedes saber que lo tienes justo encima de tu cabeza. En la base de la nave existen una serie de cámaras de vigilancia con sensores de visión nocturna que van captando todo lo que ocurre justo debajo.

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