La robótica nos hace avanzar hacia un mundo en el que no podamos diferencial de forma sencilla entre una máquina y un ser humano. El iCub es uno de esos robots que intentan aparentar que no lo son, en este caso imitando el comportamiento de un bebé humano de tres años, no solo a nivel de movilidad, sino también en cuanto a capacidad para aprender y explorar su entorno. Su última habilidad aprendida: gatear.
La idea práctica detrás de este robot es la de crear una máquina que aprenda de forma parecida a como lo haría un ser humano, incluso enseñándole a detectar expresiones faciales y siendo capaz de aprender a moverse y desenvolverse en el entorno como si fuera un ser vivo real. Dejando un lado su utilidad práctica lo cierto es que no se si es más inquietante un robot militar al estilo Terminator o un iCub que se te acerque lentamente arrastrándose por el suelo. Un vídeo detrás del salto.
El iCub es un proyecto europeo financiado por la UE, puedes obtener más información en su web oficial: iCub, vía iee.