Una ciudad sin farolas es impensable, aunque lo que seguramente no imaginabas es que en lugar de los clásicos postes metálicos con bombillas, las calles podrían acabar iluminadas por … árboles.
La idea se basa en aplicar nanopartículas de oro a las hojas de los árboles, lo cuál provoca que se induzca una luminiscencia rojiza de forma natural sin necesidad de utilizar bombillas ni cables y además sin gastar energía eléctrica.
Como en otras ocasiones en la historia de la ciencia, el descubrimiento fue accidental mientras se buscaban alternativas para fabricar LEDs y al final han encontrado una solución práctica y además ecológica, porque si llega a desarrollarse incentivaría a muchos ayuntamientos a deshacerse de las típicas farolas y plantar árboles, devoradores naturales de CO2 además de ahorrar bastante energía eléctrica.